viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Por qué fútbol?

Quizá nadie le encuentra sentido a la obsesión sentida por algunas personas como servidor por ciertas cosas de la vida. En mi caso, el fútbol, tiene la mayor de las defensas como pasión desbordante que puede con todos aquellos problemas que han salido al paso en mi corta vida. Siempre ha estado ahí, como parte del problema, pero a su vez de la solución, y cuando la preocupación era ajena a él también me evadía, entonces. ¿Qué reprochar a algo que te da la felicidad?

No hay motivo para alarmarse cuando veo un balón rodar, sea en una plaza, un parque, una pista de fútbol sala a pleno sol, o con lluvia, un estadio para miles de personas, o un campo de pueblo en el que, a lo sumo, van cientos de aficionados, en su mayoría padres, amigos, o novias de quienes se dejan la piel sabiendo que no van a llegar a vivir de ello. Pero estos, a su vez, se plantean la misma cuestión, ¿ y qué? ¿Qué más da si no logro comer del fútbol, si en realidad es el responsable de que viva? 

La justificación ante todo problema siempre es el fútbol, si estás mal con tu chica, te peleas con la familia, te van mal los estudios, o el trabajo ves, observa en cualquier lugar a gente dando patadas al balón, aunque sin calidad, y viendo que quienes lo hacen no llegarán a más que jugar en el lugar donde están, la simple mirada a su rostro y ver esbozar sonrisas de felicidad, aunque sus vidas estén en mal momento, ya merece la pena. Si esto no funciona, prueba a ser tú quien da con alegría puntapiés al esférico, solo en la pared de tu casa, o en compañía con amigos. Seguro que este método es infalible.

El fútbol quizá sea la máxima expresión de que algo muy cotidiano puede evadir a cualquiera de la vida misma. No hay manera de plasmar sobre cualquier hoja en blanco, blog, web, o derivados, aquello que el deporte rey hace por las personas. Se le ataca por mediático, pero quien lo mediatiza no es aquel que lo vive, sino aquel que lo intenta entender, porque es imposible captar sentimientos, acciones, hechos que suceden independientemente unos de otros, que no se pueden repetir, nunca sucede nada igual dentro de nuestro amado balompié.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Pérdida de pasión

Aunque suelo abstenerme de opinar en primera persona del singular, creo que Mario, Jonatan, Iñaki, Alberto, José Enrique, Jordi, e incluso David, con quien hablé una sola vez, merecen que cuente ciertas cosas.

Empecé en la representación por pasión a este deporte, intentando ayudar a quienes buscaban crecer futbolísticamente y encontrar oportunidades que no les habían llegado aún pese a su valía. Camino difícil escogí. Mis padres, amigos, y conocidos, pese a todo, me apoyaron, aunque alguna burla hube de aguantar, pues no me veían capaz de afrontar las dificultades de este mundo a mi corta edad de 17 años.

A principios de 2012, casi sin querer ya tenía una agenda de contactos que algún representante querría, pero seguía sin lograr aquello que buscaba, no encontraba equipo para nadie por mucho que lo intentase. En ese momento apareció Jonatan Cano Jiménez por el camino, y tras varias conversaciones se ofreció a ayudarme. Primeras reuniones con equipos bastante serios de 3ª, parecía que se encauzaba el rumbo.

Este verano empezó realmente lo fuerte. Llegó Mario Carvalho De Sousa. Acababa de crear una empresa, y aprovechando el contacto con nosotros por otros medios, nos ofreció entrar en el proyecto. Aceptamos sin plantearnos en ningún momento cómo saldrían las cosas. Crecieron contactos, creció la empresa, todo iba viento en popa. En cuanto a mi situación, mucho problema personal y pérdida de pasión total. A finales de verano, en septiembre, pedí un cambio de rol, de representante a ojeador, pero seguía mi pérdida de pasión a un ritmo acelerado. 

Lo cierto es que ahora necesito pensar qué quiero hacer con el fútbol dentro de mi vida, ellos van a ser siempre grandes amigos, no tengo duda de ello, la empresa va a ser muy importante, sin mi, pero no me arrepentiré, antes que perder mi pasión por el fútbol pierdo cualquier otra cosa. Espero que lo entendáis.