miércoles, 20 de junio de 2012

La esperpentización del fútbol español.

Ramón María del Valle-Inclán plasmaba en su famosa obra 'Luces de bohemia' una España en la que predominaban la picaresca y la maleza entre las gentes que poblaban el país. No iba nada desencaminado si trataba de reflejar lo que sería durante, al menos, el próximo siglo, la sociedad española, pues poco parece que hayamos evolucionado. Cambia el contexto, pero no lo hacen los hechos, y el comportamiento moral de la nación se ha traspapelado al fútbol.

La selección de fútbol es la mejor del mundo, pues lo reflejan sus resultados, y tanto Real Madrid como Barcelona son los mejores equipos del momento en el panorama futbolístico internacional, pero, ¿y el resto?
Es obvio que el reparto de derechos televisivos no es equitativo, además de que Mediapro no paga, pero la situación no radica en ello, sino en que los demás clubes que no son grandes en este país, se dejan llevar por la sociedad, porque, como se ha dicho anteriormente, en ellos predominan la picaresca y la maleza.

Lo primero que da que pensar el hecho de ponerse a ver la cantera de cada conjunto, uno por uno, y observar que en la mayoría de clubes hay mínimo algún familiar de directivos, los cuales, con picaresca, han metido baza en el club para que su gente entre lo más hondo posible de la institución. Esta idea de enchufar a familiares favorece la bajada de nivel de la cantera, pues pudiendo estar gente realmente válida en cualquier conjunto, las plazas están ocupadas por quienes tiene un buen apellido. Por tanto, observamos que saber aprovechar un alto cargo está de moda en este país, y, como no, en el fútbol.

La maleza se ve en los entrenamientos diarios y en el trato que algunos entrenadores, directores deportivos o dirigentes dan a jugadores que defienden el mismo escudo que ellos. No son pocos los casos en que los trajeados directivos han acudido a un entrenamiento a increpar a un equipo de juveniles por no obtener resultados, o en los que a buenos futbolistas con gran proyección, por causa de lesiones, se le ha echado de un club. Estas situaciones provocan que gente muy apta para el fútbol profesional se lo deje debido a la presión que, ya desde pequeños, se ejerce sobre ellos, y propicia la aparición de deportistas con menos nivel, que, aunque sean buenos, no llegan al nivel de los mejores.

Estos rasgos se observan sobre todo en segunda división, ya que este año, salvo los tres conjuntos que han ascendido, el resto no contaban con un nivel a la altura de la categoría, en el que probablemente, ha sido el peor curso en calidad de la última década. Esto puede ser llamado la esperpentización del fútbol español, pues es lo que se ha conseguido, ensuciar el balompié hasta el punto de rebajarlo de nivel.